EL RITUAL DE DOÑA HILDA

Después de hacer todo lo que está a nuestro alcance, especialmente cuando un familiar atraviesa problemas de salud o cuando se necesita una bendición y buenos augurios, mi madre nos llama a orar. Es su ritual para mantenernos unidos y fortalecidos a través de la palabra hablada. La forma es la misma desde que era un niño. Nos juntamos en torno a ella y, en silencio, juntamos las manos, bajamos la cabeza y cerramos los ojos esperando escuchar su voz, esa voz que sale del corazón, de las entrañas. Ella comienza saludando y pidiendo permiso a los mayores, Illimani Achachila, Illampu Achachila, pachamamita, Cristo Padre Dios. Poco a poco sus palabras se mojan, al igual que sus ojos. No recuerdo una oración de mi madre sin lágrimas, tal vez por eso tiene un toque sagrado. De mayor a menor, enuncia los nombres de cada uno de sus hijos e hijas con la misma intensidad. Dales salud, papito, trabajo, amor y sabiduría. Ella habla, pide, agradece y así nos enseña a ir un poquito más allá de la razón diurna.

Hoy es el cumpleaños de doña Hilda Mayta Mamani, mi madre. En la distancia, se extraña más a quienes uno ama. ¡Larga vida para nuestras mamitas!


Barcelona, 14 de enero de 2024

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