Por Roger Adán Chambi Mayta
Este
tres de mayo se llevará las elecciones generales en Bolivia donde se elegirán
al presidente, vicepresidente, senadores y diputados. Hasta la fecha, los
representantes y líderes políticos contrarios al Movimiento Al Socialismo (MAS),
no han logrado conformar un bloque unitario que represente a esa población que
salió el 2019 en contra del continuismo de Evo Morales, más al contrario,
mostraron su carácter reaccionario e instrumentalizador, sin un proyecto claro
para llevar adelante el Estado Plurinacional.
Personajes
como Fernando Camacho, Jorge Quiroga, Chi Hyun Chung y la actual presidente
transitoria Jeanine Añez (también candidata a la presidencia 2020), han
utilizado en más de una ocasión la biblia y el concepto de “república” en sus
discursos políticos. Así mismo, se ha visto que estos candidatos prefieren
utilizar la bandera tricolor republicana al momento de emitir sus discursos,
dejando de lado la Wiphala, bandera indígena declarada también símbolo patrio
en la Constitución Política del Estado Plurinacional (CPE). Estos usos y
desusos de símbolos y discursos reflejan los riesgos que corre el carácter
plural boliviano.
¿Esto
quiere decir que sólo queda apoyar al MAS para proteger el proyecto
plurinacional? Considero que el asunto va más allá de apoyar a un partido u
otro. Es cierto que Luis Arce y David Choquehuanca, candidatos a la presidencia
y vicepresidencia por el MAS, sostienen en su discurso la continuidad del
Estado Plurinacional, pero se debe tomar en cuenta también que, si bien fue
durante el gobierno del MAS que Bolivia
pasó a conformar un Estado Plurinacional, no se debe olvidar que las políticas
de Evo Morales se contradijeron entre lo que se decía en el discurso, en la
normativa y los hechos. La mantención del modelo extractivista, la
instrumentalización del discurso indígena y la centralidad de lo indígena
reflejado en la liderazgo de Morales, desgastaron la discusión de lo
plurinacional en la esfera política, llegando a crear un sentido común en la
población de identificar este discurso, como consigna del MAS y no así como una
demanda histórica.
Hay
que recordar que la plurinacionalidad no fue un regalo bondadoso del MAS o un
proyecto surgido por algún partido político, sino que fue el pedido de los
movimientos sociales, sobre todo indígenas, que durante varios años, desde los
70, salieron en protestas contra el modelo de Estado homogéneo, republicano,
racista y neoliberal que excluía a las grandes poblaciones racializadas. De ahí
surge el proyecto plural.
Hoy
en día tenemos una CPE que celebra el pluralismo y la interculturalidad, su
funcionamiento no debe depender del color del gobierno de turno, sino de
nosotros mismos. No olvidemos que los derechos no funcionan por sí solos, sino que
funcionan cuando se ejercen. El carácter plural del Estado debe pasar de ser un
discurso, de ser un proyecto plasmado en leyes, a ser una práctica cotidiana
del pueblo boliviano.
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